jueves, 10 de julio de 2008

Seminario: Paciente Postrado




El paciente postrado llamado también dependiente severo, es aquel que requiere de apoyo, guía y supervisión total en Actividades de la Vida Diaria. El grado de la dependencia se basa en la aplicación del índice de Katz.

De acuerdo a estudios internacionales y a datos no publicados nacionales, la prevalencia de discapacidad severa o postración en población menor de 60 años es de un 0,3% y en la población mayor de 60 años es de 4%.

“¿Qué hice para merecer tal humillación?, ¿Qué pude haber hecho para someterme a tal purgatorio en vida?, esto no es vida, es una tortura, una humillación, tener que someterme y entregarme a manos ajenas que hagan y deshagan conmigo por el simple hecho que ya no soy útil, ni siquiera puedo limpiar mi propia suciedad, porque ya no estoy apto para hacerlo, ya me he sumido en lo mas bajo que un ser humano puede caer, orinando en una bolsa, ser cambiado como niño, si hasta pañales tengo puestos, es como si el tiempo corriera en reverso y se riera de mi y me castigara por todo lo malo que he hecho. A nadie le daría este sufrimiento, ni a mi peor enemigo, porque esto no es vida, y preferiría no tenerla que estar sumido en esta penumbra”

Al enfrentarnos a este tema nos encontramos con diversos dilemas éticos entre los cuales destacamos:

- Sentido de vida en el paciente postrado ¿Qué alcance tiene este dilema en el paciente, su familia y el profesional de enfermería?

¿El paciente se siente amado o siente que lo cuidan por lástima?

- Derechos del paciente: necesidad de cuidado permanente en necesidades universales.
- Sobrecarga del cuidador: calidad de vida del cuidador principal, peso emocional de hacerse cargo de otro.
- Administración de los recursos del estado: ¿mala administración? ¿Dónde están los recursos en APS para apoyo a familias (bastones, sillas de rueda, etc)?
-¿Es valido permitir la “buena muerte” a pacientes que no sienten motivación de vivir así?

Desde el punto de vista del principalismo

Autonomía: El paciente postrado tiene dificultad para moverse, siendo dependiente de otras personas para la satisfacción de sus necesidades, esta condición del paciente puede llevar a sobreprotección como a abusos por parte de terceros que son los que tomaran las decisiones por el paciente, ejemplo su dinero es manejado por otros, vulnerando completamente el principio de autonomía.

Si vemos el otro lado de la moneda esta el cuidador el cual tiene una sobrecarga de trabajo dejando muchas veces las necesidades propias de lado, lo que con el tiempo conlleva problemas tanto de salud física como mental.

Como enfermeros debemos capacitar al cuidador para que este preparado para cumplir su labor, eficazmente sin despreocuparse de el.

Beneficencia: la familia apoya al paciente ayudándole a elevar su autoestima y autonomía. Nuestra labor como profesionales de la salud es motivar y educar a la familia con respecto a las necesidades físicas y sicológicas del paciente, para que potencien sus capacidades en el hogar, con el fin de que él se sienta útil y no un estorbo.

No Maleficencia: Existe una Discriminación a pacientes postrados, con muchos se cometen abuso aprovechándose de su condición, ejerciendo hacia ellos violencia física y psicológico.

Justicia: trato digno e igualitario, distribución de recursos adecuada y en pos del paciente. Al fin el paciente postrado es un paciente como cualquier otro que necesita, contar con personal necesario y capacitado para una atención integral y de calidad como todos aquellos que están enfermos sea cual sea su patología.

Debemos crear conciencia en el personal de salud y realizar visitas domiciliarias en Atención primaria para evaluar constantemente al pacte y a su familia, detectando sus necesidades.

Como profesionales de enfermería debemos:

• Respetar las ideologías, costumbres y religiones de cada paciente.
• Cuidar la dignidad del paciente en el ámbito físico, proporcionando cuidados básicos de higiene, manteniendo la privacidad necesaria.
• Comunicación adecuada, amabilidad y respeto, articular redes sociales y educación a la familia.
• Empatía y trato correcto con la fragilidad.
• Importancia “cuidados adecuados” tanto físicos como psicológicos.

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